Si te preguntas de qué materiales están hechos los pararrayos, sigue leyendo. En ISTEL te contamos sobre los parámetros de sus componentes, los cuales deben cumplir con estrictos requisitos de conductividad, durabilidad y resistencia a la corrosión.
Los pararrayos son dispositivos diseñados para proteger estructuras de los daños causados por rayos, desviando la corriente eléctrica hacia el suelo de manera segura. Estos sistemas son fundamentales en la prevención de incendios, fallos eléctricos y daños a la infraestructura debido a la descarga de energía de un rayo.
Existen varios tipos de materiales que se utilizan en la fabricación de pararrayos, cada uno elegido por sus propiedades específicas que contribuyen a su funcionamiento eficiente.
¿De qué material están hechos los pararrayos? Toma nota
Los pararrayos se fabrican utilizando materiales altamente conductores de electricidad para asegurar que la energía del rayo se desvíe de manera eficiente y segura hacia el suelo.
Cobre
El cobre es uno de los materiales más utilizados en la fabricación de pararrayos debido a su alta conductividad eléctrica. Este material permite que la corriente del rayo sea desviada de manera eficiente, evitando daños en las estructuras protegidas.
Además, el cobre es muy resistente a la corrosión, lo que asegura una larga vida útil del pararrayos incluso en condiciones climáticas extremas. Sin embargo, su coste es mayor que el de otros materiales, lo que puede influir en la decisión de su uso dependiendo del presupuesto disponible.
Aluminio
El aluminio es otro material comúnmente utilizado para la fabricación de pararrayos debido a su ligereza y buena conductividad eléctrica, aunque no tan alta como la del cobre. Es más económico que el cobre, lo que lo convierte en una opción popular para instalaciones de pararrayos de bajo coste.
Además, el aluminio es resistente a la corrosión, lo que le da durabilidad a pesar de estar expuesto a factores climáticos adversos. A pesar de ser ligero, debe ser manejado con cuidado para evitar daños durante su instalación.
Acero galvanizado
El acero galvanizado es una opción común debido a su resistencia y durabilidad. Este material se somete a un proceso de galvanización, que consiste en recubrir el acero con una capa de zinc para evitar la corrosión.
El acero galvanizado ofrece una conductividad eléctrica adecuada para desviar la energía del rayo, aunque su capacidad no es tan alta como la del cobre o el aluminio. Es una opción más económica y tiene una vida útil bastante larga en ambientes no demasiado agresivos.
Acero inoxidable
El acero inoxidable se caracteriza por su gran resistencia a la corrosión y su durabilidad en ambientes severos, como áreas cercanas al mar o zonas con alta humedad. Aunque su conductividad eléctrica es inferior a la del cobre, sigue siendo una opción viable para ciertos sistemas de pararrayos.
El acero inoxidable es especialmente útil en aplicaciones donde la resistencia a la corrosión es primordial, garantizando una larga vida útil del sistema sin pérdida de rendimiento. Sin embargo, su coste puede ser más elevado que otros materiales.
¿Cómo funcionan los pararrayos?
Los pararrayos funcionan al proporcionar una vía de escape controlada para la energía de un rayo, dirigiéndola de forma segura hacia el suelo. Cuando un rayo se acerca a una estructura, el pararrayo, que está instalado en la parte más alta del edificio, atrae la descarga eléctrica debido a su alta conductividad.
La corriente del rayo es captada por el pararrayo y luego es canalizada a través de un sistema de cables conductores hasta un dispositivo de puesta a tierra, que dispersa la energía en el suelo sin causar daños.
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¿Por qué los pararrayos son tan eficientes?
Los pararrayos son altamente eficientes gracias a sus características específicas que les permiten desviar la energía de los rayos de manera segura y efectiva:
- Son conductores de electricidad: Están hechos de materiales conductores que permiten que la electricidad del rayo se transfiera de manera rápida y segura hacia el sistema de puesta a tierra.
- Se colocan en puntos estratégicos: Se instalan en los puntos más altos de los edificios o estructuras, lo que aumenta las posibilidades de atraer el rayo de forma controlada y evitar que impacte en otros lugares más vulnerables.
- Hechos con materiales con alta conductividad eléctrica: Lo que permite que la energía del rayo fluya rápidamente a través de ellos y se redirija hacia el suelo, minimizando los riesgos de sobrecarga en los sistemas eléctricos.
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La eficiencia de un pararrayos depende de su diseño y la calidad de los materiales con los que está fabricado. Un sistema de protección contra rayos como los que tenemos en ISTEL es esencial para garantizar la seguridad de cualquier estructura, especialmente en áreas con alta actividad eléctrica.
Con nuestra ayuda dejarás de preguntarte de qué material están hechos los pararrayos y comenzarás a disfrutar de su excelente conductividad eléctrica y resistencia a la corrosión. Al elegirnos aseguras la diferencia en la eficacia del sistema de tus sistemas de protección.